Muchas veces he escuchado a otros decir que la hierba mala nunca muere. Y sé que es verdad por que solo basta asomarme a mi ventana para saber que la hierba volvió a crecer.
Eso me hizo pensar un poco, en cómo menos preciamos a la hierba, cuando deberíamos aprender a ser como ella.
La hierba crecerá, así el clima sea frío o aunque el calor trate de ahogarla; crecerá contra el viento y también si le falta agua. No se detendrá ante los embates de la naturaleza, ni tendrá miedo de las sustancias tóxicas que traten de contenerla. Tardará un tiempo pero también se desintoxicará y volverá a brotar triunfante. No sabe rendirse.
Hay que aprender a ser como la hierba. Cambiarle totalmente el significado a ser mala hierba. Levantarnos triunfantes sin importar las embestidas que nos dé la vida. Las tormentas pasan pero la vida, continua. Ser mala hierba, no nos haría ningún mal, solo si lo hacemos con el enfoque correcto.
Hasta la próxima semana.
Habemus concurso. Cuéntenme en los comentarios la historia de su peor regalo de navidad, junto con su correo electrónico y la historia más graciosa se llevará el premio sorpresa de esta Navidad 2019. El ganador se anunciará en nuestro blogsito del martes 24 de Diciembre.