King Kong

¿Por qué le disparan a King Kong? Con el tamaño que tiene podría fácilmente aplastar a todos los que le disparan, pero se limita a correr y defenderse. Entonces le continúan disparando. ¿Por qué le disparan? Por hacerlo Hollywoodense, o es un reflejo de nosotros como seres humanos. 

Atacar a lo desconocido, aunque ese solo es un fragmento de la fotografía, lo que hoy es desconocido mañana no lo será.

Un día cuando éramos niños, teníamos miedo a la oscuridad, nos mantenía alertas y nos provocaba ansiedad, pero fuimos aprendiendo a conocerla y reconocerla, y al final la dominamos. Ese fue nuestro primer King Kong.

Cuando pudimos pasar la primera noche sin una pequeña lámpara encendida, descubrimos que la oscuridad no era un verdadero monstruo, solo era  una burbuja que no entendíamos y nos paralizaba pero sin dejarnos dominar por la ansiedad decidimos entenderla.

Así como King Kong no aplastó los helicópteros; la oscuridad no nos abatió.

Adiós primer King Kong, pero cuantos más nos esperan, cuantos gigantes gorilas conoceremos durante nuestra vida.

Yo no lo sé, ustedes tampoco lo saben. Lo único que sé, es que no todo lo que parece enorme y aterrador, no todo lo que desconocemos es un ogro al que debemos tenerle miedo. Tal vez, no siempre sea fácil vencer el miedo y no dejarnos dominar por la ansiedad, probablemente trataremos de conocer lo desconocido con un poco de pánico, pero lo haremos y al final lo desconocido será conocido. Lo que no conocemos puede no ser un gran amigo pero tampoco el temible enemigo. Solo descubrimos que lo que temíamos no era un monstruo, y nosotros seremos de los pocos que nos atrevimos a ver más que lo superficial.

Es normal tener miedo a lo desconocido, la diferencia está en lo que hacemos con ese miedo.

Hasta la próxima semana.

King Kong, no es un monstruo.
King Kong, no es un monstruo.