31 de diciembre.

¿Cómo terminaron el año?

 

Mi fin de año empezó el domingo 30 de diciembre, me levante como cada domingo; hice ejercicio, preparé el desayuno, lave los trastes y acomode la cocina. Parecía un día normal pero no lo fue, había algo diferente.

 

Ocupé nuevamente mi lugar en la mesa y descubrí lo que era. Tenía una fila de pan para sándwich esperando ser preparada y llevada a una sala de urgencias  en el siguiente amanecer. Así que me dispuse a untar mayonesa, abrir sobres de queso, colocar jamón, y esperar que alguien sonriera aunque fuera  por un instante.

 

La navidad y el año nuevo, son épocas donde la unión familiar se estrecha un poco más, al menos así lo recuerdo de mi infancia. Cuando era niña creí que era una temporada mágica llena de felicidad y amor. Con el paso de los años me di cuenta que algunas cosas no cambian de estación, y que mientras para unos es navidad o noche vieja para otros es un día en el que sus plegarías están en otra cosa o en otra persona, supongo que los infortunios no conocen de fechas.

 

Así que preparé tantos sándwiches como me fue posible y los empaqué, esperando poder aliviar un corazón afligido.

 

El 31 de diciembre sonó mi alarma y tome todo lo que preparé un día antes para llevarlo a la sala de urgencias de un hospital, una sala donde la gente espera buenas noticias de un familiar, donde las personas rezan en silencio, donde parece que el tiempo se detiene y les ofrecí lo que llevaba. Y no me refiero únicamente al sándwich, también llevaba esperanza y luz.

 

Les confieso que al llegar se me heló la sangre, a nadie le gusta estar en un hospital pero con cada sonrisa, cada que alguien me daba las gracias o simplemente cuando su mirada se encendía, el frió se calmó.

 

No les cuento esto para presumir, se los cuento para que se unan a mí, y repartamos un poco de alegría a personas que no conocemos, que seamos ese faro de luz en la penumbra.

 

A veces la luz más calidad no es la más grande, si no la que viene de la oscuridad en formas inesperadas. Y esa luz podemos ser nosotros.

 

Así termine mi año y de todas las costumbre que tengo espero que está pueda perdurar en mí y en ustedes.

 

Espero que esté 2019 le traiga a todos más de lo que esperan.

 

Hasta la próxima semana.