A veces sin motivo reviso mis viejas fotografías, una pequeña yo sale de mi cuerpo y regresa a ese momento, como si ese fuera mi súper poder.
Todos tenemos fotografías guardadas ya sea en un álbum o en alguna memoria. Acudimos a las fotografías cuando queremos recordar más nítidamente, nos observamos a través de la fotografía.
Una sonrisa, un gesto, alguien que ya no está, un lugar, una historia, todo impregnado en una imagen.
No tomamos fotografías de momentos tristes, porque nadie necesita pensar en ellos, tomamos fotos de lo que deseamos guardar, de lo que queremos recordar. Queremos evidencia de la felicidad.
Nuestra vida debería de aplicar el mismo sistema.
Debemos conservar siempre los momentos que nos dan alegría, que hacen que nos duela el estómago por tanto reírnos, que provocan pequeñas lagrimas pero de felicidad, que nos dejan con una gran sonrisa.
Los momentos difíciles y tristes, son necesarios, sí. Nos hacen mejores personas, personas más fuertes; nos enseñan y nos hacen humanos. Pero los momentos dignos de una fotografía son los que debemos atesorar.
Son esas fotografías impresas o grabadas en nuestra memoria a las que debemos acudir debes en cuando, para sentirnos vivos. Dicen que recordar es volver a vivir, pero lo que realmente quieren decir es que, volver a vivir nos da más vida.
No estoy diciendo que vivan del pasado, pero dar un pequeño vistazo hacia las alegrías pasadas de vez en cuando nos recarga las pilas, aún sí no fue un día difícil.
Dar un vistazo al pasado, y seguir avanzando.
Hasta la próxima semana.
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Gustavo (martes, 18 septiembre 2018 16:50)
Genial blog ,recordar es volver a vivir y ayuda a ser mejores
Sara Anell-Noriega (martes, 18 septiembre 2018 19:48)
Muy cierto! Para darle más alegría a nuestros días!