La vasija china.

Nuestro corazón empieza a latir mucho antes de que veamos la luz del sol. Nuestro corazón empieza a trabajar desde antes de que sepamos como respirar, late y late y va haciendo circular la sangre. Sabemos lo importante que es el corazón para nuestro cuerpo, y tratamos de cuidarlo. Ejercicio, buena alimentación, y todo lo que los doctores recomiendan.

 

Pero, un buen día conoces a una persona y de repente te escuchas a ti mismo decir: “Ten mi corazón, haz lo que quieras con él, un tiro al blanco si quieres.” No porque seamos tontos, solo porque nos enamoramos.

 

Y el amor no es malo. Solo que como diría una popular canción no todos sabemos amar. O a veces no nos ama quien amamos y viceversa.

 

Enamórense, vivan y respiren amor, y a la par aprendan a decir adiós cuando la persona que se aman se va. No siempre nos enamoraremos de la persona correcta, no siempre nos amaran de vuelta, y al parecer a veces los problemas o las cosas que hacemos como humanos, me refiero a nuestras fallas y errores pueden hacer que el amor se desgaste, igual que el hielo cuando no soporta el peso. La presión lo hace ceder.

 

No soy la doctora corazón y así como yo no puedo decirles cómo y de quien enamorarse, nadie más puede hacerlo. Quiero que vivan el amor, que lo sientan en su piel. Igual de esa forma quiero que se despidan de lo que ya no puede ser, de lo que ya quedo atrás, de lo que no deben cargar.

 

Decir adiós es una de las cosas más difíciles que tenemos que hacer, y no hay un manual con pasos hechos. Pero a veces el adiós es inevitable. Y sé que el adiós es doloroso, sé que te parte en dos, que te oprime la garganta y no te deja respirar, que aprieta tus huesos y crees que vas a reventar; aun así tienen que levantarse, tienen que recoger los pedazos que quedan de su corazón y volverlos a unir. Pegarlos con oro, como las vasijas chinas. Sabían que las pegan con oro para darles más valor, lo mismo con su corazón, únanlo, péguenlo y usen oro, plata o zafiros, denle valor.

 

 

Lo digo en unas cuantas palabras y unos pocos párrafos, aunque honestamente no es nada fácil, si fuera sencillo no dolería tanto. Solo recuerden que allá afuera no están solos me tienen a mí, tienen un grupo de gente que les ayudará a encontrar cada pieza para ponerla en su lugar, porque todos hemos tenido un corazón roto, me encantaría decir que no, pero todos hemos tenido que pegar pieza por pieza hasta volverlo a armar. Así que no están solos y a pesar de que no tenemos la receta exacta para pegarlo y seguir adelante, lo hacemos y un día todo está en su lugar. Y un día nuestro corazón es un vasija valiosa.

 

Quiero dedicar este post a todos los corazones rotos, que están leyéndome en este momento.

 

Hasta la próxima semana.

 

La vasija rota se volvió a unir con oro, ahora tiene marcas que brillan.
La vasija rota se volvió a unir con oro, ahora tiene marcas que brillan.

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Comentarios: 2
  • #1

    Sara Anell-Noriega (martes, 14 agosto 2018 19:58)

    Hermoso mensaje! Vivir el amor, amar sin miedo. Porque más vale amar y haber perdido que nunca haber amado......

  • #2

    Jimmy (martes, 14 agosto 2018 20:05)

    Creo que a todos en la vida alguna vez les toca que les rompan el corazón, es doloroso más no mortal, es injusto más didáctico, es cruel más significativo, más aunque te hayan roto el corazón siempre habrá alguien que lo repare y siempre sentir ese bello sentimiento que es el amor.