Viajera del tiempo.

Espero que este mensaje pueda viajar al pasado.

 

Quiero decirte, Aleh del pasado, que me acuerdo de tus sueños y de todo lo que querías hacer. Querías cambiar al mundo. Deseabas con todo tu corazón cuidar de los animales indefensos y las plantas que habitan en este planeta. Me acuerdo que querías con toda el alma ser alguien importante. Y uno de tus deseos más egoístas, porque también los tuviste, fue tener tanto dinero que no pudieras contarlo y una casa tan grande que no supieras cuantos cuartos tiene.

 

Ojala en el pasado tuvieras una bola de cristal.

 

No cumplí al pie de la letra tus sueños, y no pienso disculparme por eso.

 

La vida no salió como tú querías. ¿Y qué?

 

No has podido salvar a todos los animales indefensos del mundo, pero has cuidado de unos cuantos y te hicieron muy feliz, a las plantas las respetas y hay gente que ha seguido tu ejemplo.

 

Querías ser importante y lo eres. Hay una persona que te espera en casa y haría cualquier cosa por ti. Hay otros tres cuyos nombres no son importantes, tú les llamas mami, papi y Cachito, viven orgullosos de ti.  Y, no solo eso, hay gente alrededor del mundo, que se preocupan por ti. Te cuentan sus problemas y sus alegrías, por qué te sienten parte de ellas, y tú también te sientes así. Sueles llamarles:  familia y amigos. 

 

No tienes una alberca llena de dinero, tampoco te hará falta. Ni siquiera te preocupes por ello. Hay gente que se pelea por dinero y hasta llega a matar, probablemente pensaste que el dinero dá la felicidad, pero descubrirás que hay cosas que te llenan más. 

 

Tu casa de mil cuartos, jamás pensaste en lo difícil que sería limpiarla, ¿cierto? Un día entenderás que hogar no son paredes y mil cuartos, hogar es donde te sientes a salvo. Lo conseguiste, tienes un hogar que te brinda todo el amor y la paz que necesitas, y mucho más.

 

Dijiste que no te ibas a casar. También en eso te fallé. Te enamoraras tan tonta y felizmente que no podrás recordar porque decías que no te casarías.

 

Y lo más importante de todo, querida Aleh del pasado es que a pesar de las caídas siempre podrás levantarte. A veces lo harás sola y otras veces alguien te dará una mano. Nunca olvides a quien te ayudo, algún día ocuparán ayuda, y ahí estarás tú. No lo harás por saldar cuentas, lo harás porque te gusta ver feliz a la gente.

 

Sé que no me creerás todo esto que te escribo, pero cuando llegues aquí entenderás, que todo salió mejor de lo que esperabas.

 

Así que no me voy a disculpar, por lo que hice mal ni por lo que hice bien, sé que lo agradecerás, con esa sonrisa tan típica de tí, esa que conozco perfectamente, la sonrisa que dice: “Soy jodidamente feliz”.

 

 

 

A todos lo demás les digo, hasta la próxima semana.