Han pasado muchos años desde que viví en Huatulco, pero hay algo que siempre recuerdo de ese lugar. Más allá de sus playas, las cuales por cierto son hermosas (este comercial está patrocinado, bueno no), pero más allá de la belleza del lugar, hay una enseñanza del hotel donde trabaje, que mantengo fresca en mi día a día.
No tenía mucho tiempo que me habían ascendido en el trabajo y mi sed de aprender era enorme, así que pasaba mucho tiempo aprendiendo todo lo que podía, deseaba saberlo todo. Me acerque mucho al que en ese entonces era mi jefe, increíblemente una de las cosas que me enseño poco la he tenido que utilizar en la hotelería, la uso más bien, en mi vida personal.
Una ocasión que estábamos revisando menús de los restaurantes, me observo detenidamente y me dijo: “Alejandra, ¿no se te antoja una corteza de cerdo bañada en salsa esmeralda?; tal vez fue un poco que si tenía hambre y un poco la pasión de sus palabras, por supuesto quería probar la salsa esmeralda. Mi jefe tuvo un ataque de risa que duró por lo menos cinco minutos, y después me respondió: “Claro, no es lo mismo corteza de cerdo en salsa esmeralda que salsa de puerco, ¿verdad? Y sé que él, se refería al menú y a cómo vender nuestros productos, honestamente pienso que en general tiene razón, cada cosa depende del cristal con el que se mire.
Lo bueno o lo malo, de nuestros días; nuestras situaciones que catalogamos cómo feas o lindas, dependen de nuestra narrativa. Es relativo, dependen de nosotros.
A todos nos pasan cosas desagradables, incluida yo, pero en nosotros está oscurecer aún más la situación o verla como algo positivo. Nosotros podemos ver un platillo exquisito y exótico, o una cosa común y corriente.
Podemos ser tan positivos o negativos como queremos.
Casi siempre escogemos el lado B y no el lado A. El lado negro y no el lado positivo. Solemos tirarnos al piso y esperar a que nos pateen.
Somos algo masoquistas, creo.
Pero nadie puede venirnos a vender salsa esmeralda, nosotros debemos de cambiar el lente con el vemos las cosas. Claro, que viviremos situaciones angustiantes, por ponerles un nombre, pero podemos tener situaciones angustiantes con una buena cara, una buena actitud y ganas de salir de ellas O, tener angustias llenas de malas caras, actitudes que nos generen más angustias y ganas de hundirnos más en el lodo.
Nosotros tenemos la narrativa. Nosotros podemos adornar nuestros problemas, no para hacerlos menos, más bien para tener tranquilidad y no dejar que a pesar de las situaciones, la felicidad se vaya de nuestras manos.
Todo está en nosotros.
Hasta la próxima semana.
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Gustavo (martes, 03 julio 2018 16:58)
Excelente reflexión
Xio Escobar (martes, 03 julio 2018 18:55)
Definitivamente hay que cambiar la forma de ver la vida...
Mavis Santoyo (martes, 03 julio 2018 20:31)
Sin duda, tenemos que ver más allá del espejo
Sara Anell-Noriega (martes, 03 julio 2018 20:58)
Ver lo positivo en cada cosa, acontecimiento , persona, lugar...... de la Vida misma!
Jimmy (miércoles, 11 julio 2018 08:46)
Cuando impartía clases de costeo de alimentos, siempre les hacía esa broma a mis alumnos , les decía que a veces lo que parece ser más complejo es lo más cotidiano de nuestros días.