Juzgar a un libro, por su portada.

Quiero contarles algo que pocas personas saben de mí, tengo 3 tatuajes, al menos al momento. Y, no voy a convencerlos de que los tatuajes son una obra de arte o todas las cosas que se dicen, cada uno de ustedes puede tener su propia opinión, y cada una es respetable. Mi intención no es empezar un debate.

Solo quiero que sepan que sigo siendo yo, con tatuajes o sin ellos. Pero solemos juzgar.

Creemos que un tatuaje te hace peligroso, que si viste ropa de marca es una persona respetable, si alguien es delgado asumimos que tiene algún desorden alimenticio, y sí no lo es, aun así lo condenamos.

Entiendo que nuestro primer contacto es a la vista, pero las cosas que realmente importan, son invisibles para nuestros ojos.

Usar un traje azul con camisa blanca no me hace mejor que una persona que usa jeans en su trabajo, y tener una marca imborrable en la espalda no me hace peor que alguien paseando en un carro de lujo. Al final somos personas, con virtudes y defectos. Lloramos y reímos, por igual.

Las cosas que realmente importan y que nos hacen únicos, está dentro de nosotros, en esas ideas que  corren de neurona en neurona, buscando materializar cada uno de nuestros sueños. Lo que nos hace personas invaluables está en cada uno de nuestros sentimientos, desde los más pequeños hasta los más intensos.

Las ideas, los sentimientos, la esencia de una persona, no saltan a la vista. Es un atributo intangible pero valioso, para conocerlos hay que ver con otros ojos. Los ojos de la mente, los del ama y a veces los del corazón. Estoy segura que nos llevaremos muchas sorpresas.

Nos hemos sentido juzgados injustamente, así que si conocemos la sensación, deberíamos y podríamos evitárselo a otros.

Juzgar a los demás, a simple vista, es una actividad inútil. Sin importar la cubierta, el interior puede sorprendernos. ¿Nunca han escuchado que no deben juzgar a un libro por su portada? Cada uno de nosotros es un libro único, sí no somos capaces de abrirlo y leerlo, tampoco deberíamos ser capaces de emitir juicios.

Tratemos de hojear un libro antes de señalarlo, leamos un capítulo antes de criticarlo, tal vez al final tampoco nos guste o tal vez termine sorprendiéndonos, en todo caso,  entenderemos porque el libro es como es, entenderemos y dejaremos de juzgar. Respetaremos.

Hasta la próxima semana.