Pequeña e indefensa

Adivinen, ¿Quién ha regresado? Me tome unas pequeñas vacaciones pero... Ya estoy aquí.

 

Ahora si, a lo que me truje.

 

¿Alguna vez se han sentado a ver una película, con una persona que se sabe todos los diálogos y todas las canciones? Yo soy de esas personas. 

 

En mi defensa, puedo decirles que no es culpa mía tener muy buena memoria, eso es culpa de la genética tal vez. Pero no estoy aquí para hablarles de mi buena memoria, quiero hablarles de mi familia. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Eso es sencillo.

 

Creó que no les he mencionado que en mi reciente cumpleaños, me regalaron una película que me encantaba cuando era niña; para mi sorpresa los diálogos salían de forma automática de mi boca y las canciones, como si tuviera el guion frente a mí.

 

Pero eso no fue lo que me sorprendió, como les dije mi memoria es muy buena. No hay sorpresa.

 

Lo realmente sorprendente fue como esa película, se hizo una máquina del tiempo.

 

De repente deje de tener 29 años, volví a tener 4 años. Volví a sentirme indefensa y necesitada de los abrazos de mi mamá y las miradas de mi papá. Como si todo lo que he vivido y aprendido hubiera dejado de existir. Como si fuese tan frágil e indefensa.

 

Me vi a mi misma, tan rompible como un espejo. Por supuesto, esa sensación me dio pavor. Terror. Generalmente no me da miedo hacer o deshacer.

 

Fueron breves instantes, la sensación terminó, cuando oí la voz de mis padres, a mí lado.

 

Así lo entendí todo. Me di cuenta que, no importa si tengo 29, o cuando tenga 40 o 100 años, puedo ser muy buena en muchas cosas y aprender miles de otras, puedo ser toda una gladiadora, todo lo que yo quiera, pero siempre necesitaré sentirme abrigada por mi mamá y por mi papá.

 

Puede que ellos me crean con súper poderes y me vean enfrentarme al mundo con la frente en alto, pero la realidad de las cosas es que no tengo súper poderes, los tengo a ellos. No necesitan decirme nada, ni aplaudirme, lo hacen todo con una mirada.

 

Suena a cursilería, y no voy a contradecirlos si así lo piensan, porque puede que lo sea. Pero la verdad es que siempre me sentiré como una niña con ellos. Una niña que necesita que revisen debajo de su cama por las noches para espantar a los monstruos, una niña que necesita ser guiada y tomada de la mano, una niña que los necesita.

 

No creo que exista necesidad más grande que la de tener a tus padres como pilares en cada día de tu vida.

 

Siento que nunca les he agradecido como es debido, lo que han hecho conmigo y por mí, y falta todo lo que harán, no creo que sea fácil dedicar toda una vida a cuidar mis pasos, porque aceptémoslo no soy precisamente la mejor hija del mundo. No se cómo decir gracias y tampoco que regalar en sus cumpleaños o navidad, lo único que sé, es que siempre los voy a necesitar en mi vida, y que siempre los amaré, como cuando tenía 4 años.

 

¡Hey!, que les parece si me despido por hoy, mi maquillaje está por arruinarse.

 

Hasta la próxima semana.

 

 

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Comentarios: 2
  • #1

    Jimmy (martes, 10 abril 2018 15:59)

    Hay una anécdota en mi familia que cuenta que una vez mi abuela paterna en (QEPD) pregunto por mi papa a un vecino, " oye no has visto a mi niño Jaime por ahí - el contesto- Doña Adelaida si Jaime ya tiene como 45 años -ella contesto- podrá tener todod los años que quiera pero siempre será mi niño" entiendo a qué te refieres y siempre es bueno contar con el cobijo de los padres , por que no importa la distancia o tiempos ellos siempre están para nosotros.

  • #2

    Mavis Santoyo (martes, 10 abril 2018 16:18)

    Sin duda provocas mis lágrimas, yo amo estar en el calor y abrigo de mi familia,