Día de los enamorados

Supongo que el amor es la fuerza que mueve al mundo. Como la rueda, revolucionó todo, el amor tiene el mismo poder de alborotarlo todo.

 

Nunca fui la chica que llevaba un diario con todas sus memorias, escribiendo hoy me paso esto y usando la típica frase “querido diario”, tal vez tenía miedo de que mis relatos cayeran en manos equivocadas o tal vez porque las historias son más vividas en mi cabeza, están llenas de colores, sonidos y hasta aromas de ese momento.

 

Puedo recordar el día que me sentí como la protagonista de las comedias románticas, él día que me enamore, casi me veía a mí misma cantando en medio de la sala, sola y pensando conocí a un chico. Porqué así era, realmente ese era el motivo de mi sonrisa. Claro no era cualquier chico, era el chico.

 

Quién me conozca les dirá que no soy  para nada romántica y uso las frases de: este día es creado por la mercadotecnia y el capitalismo. Como si todos los días me sentará a analizar las inversiones y las tasas. Pero secretamente cuando veo las calles llenas de rosas, globos en forma de corazón y parejas caminando por la calle tomadas de la mano, pienso en el amor y claro en ese chico.

 

El momento del que les hablaba, de esa madrugada cantando y bailando en la sala, el momento en el que supe que estaba enamorada, fue un jueves de enero. Calurosa noche, el ambiente olía a sal y aunque había mucha gente alrededor, toda parecía borrosa, llena de pixeles y daba la impresión de solo estar nosotros dos. Estaba nerviosa como si nunca hubiera tenido una cita y aunque di la impresión de tener todo bajo control, en mi cabeza solo oía mi voz interior diciendo “no metas la pata, por favor”. Nuestra primera cita, una cita casual, nada elegante ni forzado, nada muy rebuscado, algo que no genere expectativas, eso fue lo que pensaba, pero todo era una mentira elaborada. Claro, que no era casual. Claro, que había expectativas. Mi expectativa era que me durará toda la vida.

 

La cita salió muy bien, de hecho mi chico, me besó. Sí. El primer beso (ya entienden porque bailaba, solo en la sala, ¿cierto?).

 

Hubo citas después, y todo terminó en un closet compartido, entre su ropa y la mía. Así que si se están preguntando si me quede con él, la respuesta es sí. Y sigo siendo la misma, la que no celebra 14 de febrero y no es nada romántica. Creó que el chico ya sabe que hoy no habrá cena a la luz de las velas, ni globos o tarjetas, porque lucho contras las masas, el capitalismo y la mercadotecnia (al menos eso es lo que siempre diré, cuando pregunten que pienso de San Valentín), pero al menos en días como hoy pienso mucho en esa primera vez que salimos, recuerdo cada detalle como si fuera un sueño vívido y aún con todo lo anti-romántica que soy no cambiaría por nada de nuestra primer cita. Ni el lugar, ni la plática, ni el hecho de no compartirle alitas, porque fue perfecto. Aunque dicen que en la perfección siempre existe un 1% de margen de error. Esa cita fue perfecta. Ahora, sé que responder cuando me pregunten cuál es la cita ideal.  Ahora, tengo guardo ese día de enero del 2016, para los momentos en los que lo necesite.

 

Ya lo dije el amor alborota todo y lo revoluciona. El amor mueve al mundo, como la rueda. Así que supongo que él es mi rueda.

 

¡Feliz día de San Valentín a todos!

 

Cuéntenme de su primer cita, me encantan las historias de amor, pero recuerden voy contras las masas y la mercadotecnia.

 

 

Hasta la próxima semana.