Creía que cuando encontrará a la persona con la que iba a pasar el resto de mi vida, escucharía campanas alrededor de mí acompañando el momento, que escucharía una melodía suave en el ambiente.
El amor no funciona así, no es como una película romántica o un cuento de hadas y mucho menos es color de rosa.
Conocí a mi marido en un lugar donde trabajaba en Puerto Vallarta, y no hubo fuegos artificiales ni nada por estilo, lo que sentí fue mucho miedo. Un miedo inmenso e irracional, de sentir como la fuerza de gravedad me llevaba entorno a él, como si el centro de la tierra hubiese cambiado de posición. De repente era él lo que me mantenía en la tierra.
Aún siento miedo, su fuerza de atracción es enorme.
Cuando nos fuimos a vivir juntos pensé que tal vez era ese momento en el que vez luces de colores y fuegos artificiales, que tal vez ese era el momento color de rosa del amor, pero tampoco fue así.
No hay desayunos románticos a la luz de las velas, más bien hay desmañanadas de lunes a viernes, en donde sin necesidad de estar despierto tan temprano mi marido me lleva hasta el trabajo. Tampoco hay fuegos artificiales que alumbren la luz de la noche; lo que hay son besos, caricias en la mejilla y te amos, al final del día, que te reparan, te vuelven a juntar aún después de tener el peor de tus días. Y no hay un castillo de cuento de hadas con jardines enormes; pero hay un lugar un espacio, un pequeño especio entre sus brazos, que por más reducido que se vea, por dentro es enorme y es mi lugar feliz.
Y claro, no todos los días el narrador dice “y vivieron felices para siempre”, hay problemas y discusiones; algunas muy tontas, otras no lo son tanto, pero todos los días recuerdo porque decidí tomar su mano. No es porque todo sea perfecto, es porque da miedo, porque esa fuerza de gravedad da miedo perderla, es algo que quieres sentir toda tu vida.
Así entendí que el amor no es color de rosa, a veces es negro, a veces es gris, otras veces está llena de mil colores pero no importa el color que tenga, el color no es importante, lo importante es tu centro de gravedad, ese que no importa a cuantos kilómetros estés, te llama hacia donde esté. Esa fuerza de gravedad, más sorprendentemente fuerte que lo calculado por Newton; y te jala hacía él. Esa gravedad que cambia el norte de lugar y la brújula siempre apunta en su dirección.
El amor no es color de rosa, pero que importa.
Dedicado a mi esposo Gustavo, feliz segundo aniversario. 27.01.16
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Mavis Santoyo (martes, 23 enero 2018 09:44)
Que bonita reflexión, yo no conocí a mi esposo en Puerto Vallarta, pero sin duda me enamoró con todo y aunque aveces hay discusiones siempre triunfa el amor, es el centro de mi vida y así lo amo con todo lo imperfecto que es. Me encantó tu nota ����
Edali Moon (martes, 23 enero 2018 09:59)
De colores de colores se pintan los campos en la primavera ��
Sara Anell-Noriega (martes, 23 enero 2018 10:54)
Que viva el amor!!! Yo conocí a mi marido desde que tenía 8 años! Y siempre me gustó (pero no se lo digas �) Siempre habrá colores en una relación, lo importante es crecer y madurar juntos! �
Juan Carlos (martes, 23 enero 2018)
Muchas felicidades para los dos, y los colores seguirán variando con el pasar del tiempo, habrá momentos en que no tenga ni un solo color pero el objetivo es seguir juntos sin importar el color de tu entorno, saludos y disculpa que no haya comentado tus demás publicaciones pero siempre te leo y es gusto saber tus pensamientos, te quiero mucho �
Jimmy (miércoles, 24 enero 2018 20:48)
Tu le pones el color que quieras,lo importante es nunca dejar de colorear, muchas felicidades a ambos.
Yarely (viernes, 26 enero 2018 13:30)
Hay mi Aleh q hermosa nota tu siempre tan atinada en tus palabras y admirable la forma q expresas el amor y el valor. tuvieron q enfrentar muchos obstáculos pero ahora saben q valieron la pena y que x hoy su amor es tan fuerte q se tienen el uno al otro y sin soltarse la mano. Muchas Bendiciones y q viva el amor