Música, maestro.

Muchas veces he tenido el pensamiento de que la vida sería mejor si fuera un musical, tal vez culpa de mi herencia paterna, llevo la música en las venas.

 

Tiene sentido tener ese tipo de pensamientos, todos tenemos canciones que marcan un momento, un recuerdo o una persona, porque no una vida.

 

Sería divertido vivir cada cosa como en un musical, no solo hablo de las bandas sonoras que acompañan un momento trágico o magnifico. Lo que sucede en los musicales es que los protagonistas tienen toda clase de aventuras que los hace sentir de un modo y sienten que nadie puede comprenderlos, pero en una banca del parque o cruzando la calle, hay alguien más que siente lo mismo que él, por alguna otra situación, pero cantan el mismo himno.

 

Supongo que esa es mi fascinación por los musicales.

 

¿Qué probabilidades hay de que una persona que no conoces, sienta lo que tú sientes y pueda bailar al ritmo al que tú bailas? Según los musicales un 100%, pero a mi parecer en la vida real también. No todos tenemos exactamente las mismas vivencias, está claro; sin embargo,  probablemente la persona que nos topamos al cruzar la calle este pasando por algo que lo hace sentir como nos estamos sintiendo.

 

Todas esas emociones que experimentamos como el enojo, la tristeza, la alegría no son ajenas a nosotros ni a los que están a nuestro alrededor, pero a veces sentimos que nadie puede entendernos, cuando ni siquiera le hemos dado la oportunidad a una solo persona de escucharnos.  No quiero que nos pongamos a bailar en metro o el parque, pero ¿porque si estamos rodeados de un mundo, queremos sentirnos solos?

 

En los musicales, escuchamos las canciones y vemos pasar los momentos tristes, sin llenarnos de tanta tristeza porque sabemos que al final de todo, todo estará bien. ¿Por qué no tenemos el mismo optimismo en la vida misma? Siempre que las cosas van mal, esperamos que empeoren y  empeoren, no queremos tener la seguridad de que en algún momento las cosas mejoraran; porque somos nocivos con nosotros mismos. Nos contradecimos, nos gusta saber que existen los finales felices, pero no somos capaces de crear un final feliz para nosotros.

 

Como yo lo veo, en todas las obras musicales hay tristeza, alegría, momentos buenos y momentos no tan buenos; lo mismo que en la vida, tal vez la única diferencia es que en los musicales sabes, al oír la música, que la parte feliz se acerca, esa escena en donde sabes que todo lo que paso valió la pena. En la vida real no hay canciones que lo anuncien, pero sabes que llega ese momento, sin que nadie lo diga, sabes que ese es el momento, en el que, vivir lo que visite, no fue casualidad, sino todo lo contrario, un preparativo para el final feliz.

 

 

¡Nos leemos la próxima semana!

Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    Edali Moon (martes, 09 enero 2018 23:27)

    Ale la vida es un carnaval!!!!

  • #2

    Sara Anell-Noriega (miércoles, 10 enero 2018 01:32)

    Estoy enojada.... canto.
    Estoy alegre....... canto.
    Estoy triste........ canto.
    Estoy cocinando..... bailo.
    Estoy manejando..... bailo. (Sí se puede �)

    Haga lo que haga, me sienta como me sienta..... canto y bailo!

    Canciones me recuerdan a personas, me transportan a lugares, a otros tiempos!

    Viva la música!