12 uvas

Los meses son 12, los relojes llegan hasta el 12, las uvas también son 12.

 

Estamos a unos cuantos días de terminar el año, regularmente cuando algo terminar, solemos hacer una breve revisión de los hechos, lo bueno, lo malo y lo inolvidable. Nos llenamos de muchos sentimientos, vemos transcurrir los sucesos de 365 días en una película rápida.

 

Y nos preparamos para hacer nuestros propósitos del siguiente año. Hacemos una lista de propósitos, a las que raramente les ponemos fecha. Propósitos que raramente cumplimos. Tal vez este año pueda ser diferente.

Y tal vez nuestros propósitos puedan ser diferentes.

 

Propongámonos ser felices desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos, dormir felices y tranquilos; ayudar a la gente, no acostumbrarnos a ver personas pidiendo para un taco y pensar que no siempre es real su situación, ayudar nos hace grandes a nosotros, no a las personas que necesitan ayuda.

 

Proponte reír más.

 

Proponernos no dejarnos vencer por el miedo, miedo a amar, a sentir, a improvisar, inclusive a hacer algo nuevo.

Hacer el propósito de aprender a perdonar y ser humildes para pedir perdón, los rencores del pasado no nos dejan vivir, si vamos tirando esas cargas en el camino, nos sentiremos más ligeros y podremos ir dando brinquitos al caminar. Debemos aprender a perdonar.  Somos humanos y cometemos errores, a veces sin intención y algunas otras sin excusa, sino aprendemos a perdonar como esperamos que los demás nos perdonen.

 

Que nuestros propósitos nos ayuden a sonreír más, a ser mejores personas, mejores hijos, mejores esposos, que pasemos todo un año regalando un poco de alegría a todos lo que nos rodean.

 

Este año no pondré en mi lista de propósitos bajar de peso o comer sanamente la cambiare por: saludar siempre, sonreír más, no juzgar a la gente, ayudar a cuantos pueda y ser feliz siempre sin importar las circunstancias, porque estaré sentada en una mesa en la cena de fin de año, que tendrá muchos puestos vacíos, por muchas razones, lugares que se van desocupando durante todo el año y en honor a esos espacios vacíos, lo mejor que puedo hacer no es tener mejores cosas en el próximo año, si no ser una mejor persona, tenemos 365 oportunidades de ser felices y 365 veces lo seremos.

 

Tenemos 12 meses, el reloj termina con 12 y cuando me sirvan mis 12 uvas solo tendré un propósito ser mejor que el minuto anterior, que el año anterior.

 

Espero que el 2018 les depare todo lo mejor.

 

Hasta la próxima semana.

 

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Sara Anell-Noriega (martes, 26 diciembre 2017 19:09)

    Tiempo de análisis, de reflexión, de proponerse metas, de amar y de perdonar. Este año me reencontré contigo! Feliz 2018! Hasta el próximo año (martes será 2 de enero)! �